Buenos vendedores
Es el cantinero borracho, que no para de tomar.
Es la señora de los Kleenex, que no para de llorar.
Y es el taxista de noche, que no solo se ofrece a llevarte, sino que entra contigo a disfrutar del espectáculo.
Es el cantinero borracho, que no para de tomar.
Es la señora de los Kleenex, que no para de llorar.
Y es el taxista de noche, que no solo se ofrece a llevarte, sino que entra contigo a disfrutar del espectáculo.