Buenísima idea
Era una idea tan buena, pero tan buena, que nunca se atrevió ni siquiera a escribirla. El riesgo de que sus palabras no estuvieran a la altura, era mayor, al de que simplemente nunca hubiera existido.
Y con las mujeres ni te cuento.
Era una idea tan buena, pero tan buena, que nunca se atrevió ni siquiera a escribirla. El riesgo de que sus palabras no estuvieran a la altura, era mayor, al de que simplemente nunca hubiera existido.
Y con las mujeres ni te cuento.