Mal provecho
Lo peor de comer mal en un restaurante es que, al salir, todavía te pregunten —emotivamente—: ¿comió bien, señor?
Entonces no sólo quedas insatisfecho, sino también como mentiroso.
Lo peor de comer mal en un restaurante es que, al salir, todavía te pregunten —emotivamente—: ¿comió bien, señor?
Entonces no sólo quedas insatisfecho, sino también como mentiroso.