La historia de mi vida

Mis ideas de negocio siempre han sido grandes y ambiciosas como buques de contenedores. El problema, casi siempre, es que solo tengo un diablito de carga para empujarlas hacia el mar.

Cuando finalmente llego a puerto estoy fatigado y lo último que quiero es subirme a navegar en ese estúpido barco lleno de mercancías expiradas.